No me preguntes por qué, no me pregunto por qué, quizás es porque no hay un motivo, quizás es porque hay demasiados. Quizás las personas rotas no pueden arreglarse.
Importantísimas ganas de correr, de gritar, de romper todo, de llorar desesperadamente hasta vomitar, y empezar otra vez.
Pero no muevo ni un pelo, esta vez. Sin embargo, todo se transforma en una pesada bola de malestar, guardada dentro de mi pecho.
Pero no muevo ni un pelo, esta vez. Sin embargo, todo se transforma en una pesada bola de malestar, guardada dentro de mi pecho.
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