sábado, 5 de enero de 2013

Un final

Ponerle un fin a las cosas es algo que jamás pude hacer. Nunca pude separarme de nada, al menos no por voluntad propia. Mi cuarto, con cientos de peluches es una prueba clara de ello.
Nunca pensé que me iba a despedir de vos, nunca imaginé que sería hoy, menos imaginé que sería así.
Pero tengo que empezar a poder escribir finales.
Qué triste que sea con vos, pero tengo hay que ponerle un fin a las cosas que te hacen mal.
Qué irónico no? Que vos me hagas mal.. Solía pensarte como mi luz, mi sol, casi la única persona en la que confiaba en serio, casi la única persona con la que sentía que podía contar.
Solía pensar que eras casi todo lo que yo podía necesitar, solía pensar que estábamos hechos para llevarnos bien, para ser el uno para el otro.
Quizás, vos también solías pensar esas cosas.
Quizás, pero no. Si te hubieras sentido como yo me sentía o como vos decías sentirte no estaría con un nudo en la garganta ni las mejillas mojadas en mi cuarto, lleno de peluches, escribiendo esto.

Estuve ahí cuando me necesitaste, estuve ahí cuando no tenías a nadie más.
Pero que poco indispensable me volví ahora que ya tenés muchos otros con quienes contar.. Tan innecesaria para tratarme como lo menos importante en el mundo, como algo descartable, como algo pisoteable, como si fuera algo que no tuviera sentimientos...

Con el estómago revuelto escribo un final.

Someday, someone will stand by me, through thick and thin and forever. And I'll love that someone. Forever.



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